lunes, 4 de enero de 2010

El año del pensamiento mágico, JOAN DIDION



"Solía contarle a John mis sueños, no tanto para entenderlo como para librarme de ellos, para mantener clara la cabeza a lo largo del día. “No me cuentes el sueño”, me decía al despertarse por la mañana, pero finalmente lo escuchaba. Cuando murió, dejé de soñar."




"La información es control", le habían enseñado desde niña a Joan Didion. Sin embargo, en un instante, el control es una utopía y la vida, un desorden. Todo se escapa y sólo queda avanzar a ciegas. "Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba. En un soplo. O a falta de uno".
La escritora Joan Didion estaba preparando la cena junto a su marido John en un día aparentemente similar a cualquier otro. De pronto, en un segundo, su marido sufrió un ataque al corazón y murió prácticamente en el acto. Su vida cambió.
Esa misma tarde habían estado en el hospital. Su única hija, Quintana, llevaba varios días inconsciente ingresada en la UVI. Aunque durante la redacción de este libro pareció recuperarse, al poco tiempo empeoró y murió, con 39 años.
De la noche a la mañana, el mundo de Joan Didion había desaparecido, sus sólidas construcciones se habían desplomado con un único soplo. Sola emprendió el camino de la búsqueda de la luz, de la recomposición. Inició su año del pensamiento mágico.

"No podía contar las veces que a lo largo de un día normal, se me ocurría algo que necesitaba decirle. Ese impulso no se acabó con su muerte. Lo que se acabó fue la posibilidad de una respuesta. Leo algo en el periódico que normalmente lo hubiera leído él."
La cotidianidad compartida se convierte en ese instante en una cotidianidad inesperadamente solitaria. Hay que reaprender a vivir.
El año del pensamiento mágico no es un manual ni un libro de autoayuda, es un testimonio directo -y limpio de cualquier sentimentalismo meloso- sobre la pérdida y el estado de orfandad en que deja una inesperada muerte o un repentino cambio. Habla de la vulnerabilidad del ser humano y de la inutilidad de querer controlar lo incontrolable, la propia vida que en un momento deja fulminada cualquier aparente situación de orden y lógica.
Una descripción exacta: "Somos imperfectos mortales, conscientes de nuestra mortalidad aún cuando tratemos de eludirla, vencidos ante nuestra propia complejidad, tan acorralados que cuando nos dolemos por lo que hemos perdido, también nos dolemos, para bien o para mal, por nosotros mismos. Por lo que ya no somos. Por la nada absoluta que un día seremos."

Y al describir la sensación extrema de vacío y de inutilidad, también se abordan otros procesos que la autora experimentó durante el año posterior a la muerte de su marido. El dolor extremo, la incredulidad, la esperanza, la asimilación, la adaptación... La cotidianidad tras el arrebato. La necesidad de enterrar el pasado para poder mirar hacia delante. Lo que convierte a este relato, publicado en Nueva York en octubre de 2005, en una extraordinaria prueba de supervivencia.

El año del pensamiento mágico
JOAN DIDON
Traducción: Olivia de Miguel.
2006 (2º edición) Editorial Global Rhythm Press, 209 páginas.

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